Una mirada internacional al euskera y a la cultura vasca
Euskara. Kultura. Mundura.
Cristopher Dobson, Alessandro Catani y Eider de la Caridad Gonzalez serán, durante quince días alumnos de Ibon y Janire en Zornotzako Barnetegia. Han venido al País Vasco desde Escocia, Italia y Cuba, con el fin de continuar un camino que han iniciado en sus países de origen. Tras acudir a clases de lengua y cultura vasca en las universidades de Edinburgo, Bolonia y La Habana respectivamente, van a tener la oportunidad de conocer de primera mano nuestra cultura. No serán los únicos. A lo largo del verano 23 alumnos internacionales realizarán una estancia en Zornotzako Barnetegia gracias a las becas del Instituto Vasco Etxepare.
Cristopher Dobson, Alessandro Catani y Eider de la Caridad Gonzalez serán, durante quince días alumnos de Ibon y Janire en Zornotzako Barnetegia. Han venido al País Vasco desde Escocia, Italia y Cuba, con el fin de continuar un camino que han iniciado en sus países de origen. Tras acudir a clases de lengua y cultura vasca en las universidades de Edinburgo, Bolonia y La Habana respectivamente, van a tener la oportunidad de conocer de primera mano nuestra cultura. No serán los únicos. A lo largo del verano 23 alumnos internacionales realizarán una estancia en Zornotzako Barnetegia gracias a las becas del Instituto Vasco Etxepare.
Cristopher, Alessandro y Eider están en el nivel básico. Tienen seis horas de clase al día, pero también la oportunidad de realizar actividades lúdicas de todo tipo para conocer la cultura vasca de primera mano: escapadas a lugares emblemáticos, visita a una sidrería, clases de txalaparta y bailes tradicionales... “Nos sentimos como en un campamento de verano”, afirma Cristopher. El jueves pasado estuvieron en una sidrería y comentan, entre risas, al día siguiente algunos necesitaron más de un café en clase. Además, han tenido la suerte de que en el nivel básico se han juntado varias personas extranjeras, circunstancia que han aprovechado para realizar más excursiones y conocer el País Vasco a fondo. “No paramos ni un momento, son muchas horas diarias, pero está siendo muy divertido, el tiempo pasa volando”, señala Alessandro.
Alessandro es italiano y tiene 22 años. No tiene ninguna relación con el País Vasco, pero empezó a aprender euskera en la universidad. “Es una lengua muy particular, pero siempre está bien estudiar cosas nuevas, y más aún si se trata de algo tan diferente”. Aunque acaba los días agotado, dice que estar muy a gusto. “Estoy contento porque siempre hay algo nuevo que hacer”. Dice que aún no controla muy bien el euskera pero que avanza cada vez más. ¿Su palabra favorita en euskera? Bederatzi (nueve). “Todavía no conozco muchas palabras, pero me encanta como suena este número”.
Eider ha viajado a Zornotza desde Cuba. Tiene familia en el País Vasco, pero no es esa la razón por la que decidió aprender euskera. Lo hizo porque le parece una lengua diferente y peculiar. “Mis estudios no tienen nada que ver con las lenguas, pero tenía esta opción y decidí aprovecharla”. Considera que estudiar “algo que no es conocido” y “moverse en entornos y culturas diferentes” es una cosa que “siempre viene bien”. A través del lector de euskera y cultura vasca en la Universidad de La Habana se enteró de que existía la opción de realizar una estancia lingüística en el País Vasco a través de las becas que ofrece el Instituto y decidió apuntarse. No se arrepiente de la decisión. Tienen muchas horas de clase, pero afirma que es muy divertido. Además, por las noches también suelen tener actividades y no le gusta perder ninguna. “La gente es muy maja, pero comparando con la gente del Caribe, los vascos son un tanto fríos”, dice entre risas.
Cristopher, un joven escocés de 22 años, empezó a estudiar español en la universidad porque le gustan las lenguas europeas. Al cabo de unos años, su profesor de español, que también impartía clases de euskera, le animó a probar con este idioma. En seguida se dio cuenta de que es “muy diferente en comparación con las demás lenguas de Europa”. Afirma Cristopher que las clases le resultan divertidas y recuerda con satisfacción la reciente excursión que realizó a San Juan de Gaztelugatxe. “Me encanta Juego de Tronos y ver el paisaje de la serie ha sido impresionante”.
Durante todo el verano, en Zornotza confluyen historias de lo más variadas. Miradas diversas que se dirigen a un mismo objetivo: conocer el euskera y disfrutar del País Vascos.