Irene Larraza: "El premio BIKAIN es fruto de un trabajo, no un objetivo"

Euskara. Kultura. Mundura.

18-12-2019

Se acerca el fin de año y, como siempre, ha llegado el momento de hacer balance de la trayectoria de estos 12 meses. 2019 ha sido un año lleno de avances e iniciativas especiales que han supuesto muchos cambios en el día a día de Etxepare Euskal Institutua (en adelante EEI). Hemos hablado con la directora del Instituto, Irene Larraza, sobre el trabajo realizado y los frutos obtenidos.

Se acerca el fin de año y, como siempre, ha llegado el momento de hacer balance de la trayectoria de estos 12 meses. 2019 ha sido un año lleno de avances e iniciativas especiales que han supuesto muchos cambios en el día a día de Etxepare Euskal Institutua (en adelante EEI). Hemos hablado con la directora del Instituto, Irene Larraza, sobre el trabajo realizado y los frutos obtenidos.

Un año más, EEI ha trabajado intensamente en la promoción de las disciplinas artísticas vascas en festivales y ferias internacionales. ¿Se ha producido algún avance en este ámbito en 2019?

Desde EEI tenemos dos formas de internacionalizar la creación vasca: una con ayudas a la movilidad al trabajo de los/las propios/as creadores/as, y otra con la creación de ventanas vascas a nivel internacional, en territorios y eventos estratégicamente importantes. En esta línea se han dado grandes avances este año, y otros están en proceso de desarrollo para ponerlos en marcha más adelante. En el ámbito de las artes plásticas y visuales, por ejemplo, hemos puesto en marcha la estrategia ZABAL, que consiste en traer a responsables y comisarios/as de bienales internacionales para que conozcan y trasladen el arte de aquí.

Hablando de las ventanas vascas, 2019 ha sido un año especial, sobre todo por el desarrollo del programa #ScotlandGoesBasque. ¿Se han cumplido los objetivos marcados en su día?

Totalmente. El origen de este proyecto viene de una reflexión del proyecto estratégico que hicimos en 2017, en el que identificamos la necesidad de concentrar la fuerza de la creación vasca en un lugar determinado. Nuestra estrategia se ha centrado sobre todo en los festivales de Escocia; ya que, sobre todo Edimburgo, tiene festivales de carácter internacional y su influencia no se limita sólo a Escocia, sino a toda Europa. Teniendo en cuenta que solamente hemos llevado una muestra de la creación vasca, creo que se ha reflejado bien el potencial que tiene hoy en día nuestra cultura.

Otro de los objetivos de esta iniciativa era tender puentes de colaboración entre creadores/as e instituciones vascas y escocesas. ¿Se ha cumplido ese propósito? ¿Qué huella dejará #ScotlandGoesBasque en el futuro?

Nuestro objetivo principal es dar a conocer nuestra cultura en el exterior, pero es cierto que muchas veces es interesante impulsar dinámicas de ida y vuelta y/o relaciones interculturales. Queremos utilizar la singularidad de nuestra lengua y cultura para unir, no para diferenciar; y esa conexión es especialmente fácil de conseguir con lenguas minoritarias como el euskera y el Scotts o el gaélico escocés. Así, dentro de #ScotlandGoesBasque ha habido algunos proyectos que han tenido su reflejo en el País Vasco, como el espectáculo de danzas vascas y escocesas Atlantik 1050, el proyecto de conversación epistolar Chejov vs Shakespeare y la actividad poética y musical Throwing Voices, entre otros.

¿Qué otros planes tiene EEI para el futuro con otros territorios?

Para el próximo año estamos organizando con Quebec el siguiente paso de este proyecto estratégico. El trabajo de este año nos ha enseñado que no podemos seguir la misma estrategia en todos los sitios, porque cada territorio tiene su propia idiosincrasia. Por eso, una de las bases de nuestra relación con Quebec es que va a tener ese carácter de ida y vuelta desde el principio. Ya hemos organizado un encuentro en 2019 entre agentes vascos/as y quebequenses; y hay otros proyectos que están en marcha. Veremos el resultado de todo ese trabajo en 2020-2021.

En el ámbito universitario también se han producido avances en este año; el ejemplo más claro es la puesta en marcha de vuestra novena Cátedra: la Amale Artetxe de Argentina. ¿Cuál es la situación de la enseñanza del euskera y de la cultura vasca a nivel internacional?

La apertura de la Cátedra Amale Artetxe ha sido uno de los hitos del año. Se ha presentado en Buenos Aires, pero se desarrollará en diferentes universidades argentinas, pues el convenio lo firmamos con CONICET, no con una universidad concreta, y cambiará de lugar cada año. Ya era hora de crear una cátedra en Sudamérica, concretamente en Argentina, que cuenta con la diáspora vasca más fuerte.

El programa Euskara Munduan también ha supuesto un hito: comenzamos a trabajar con este programa, que tenía como objetivo gestionar cursos de euskera en las Euskal Etxeak, en 2018, pero en 2019 hemos pasado a hacernos cargo de él al 100%. Añadiendo a esto los lectorados en varias universidades de todo el mundo, diría que a lo largo de 2019 se ha reforzado mucho la situación de la enseñanza del euskera y de la cultura vasca a nivel internacional.

El Instituto también ha recibido un reconocimiento por su actividad diaria: hace poco fue galardonado con el certificado BIKAIN que premia la normalización del euskera en el entorno laboral. ¿Qué otros retos tenéis para el futuro en la normalización y difusión del euskera?

El certificado BIKAIN tiene un aspecto vistoso, ese momento en el que recibes el galardón sobre el escenario. Pero recibir el BIKAIN es una consecuencia del trabajo realizado, no el objetivo principal. En nuestro caso, hemos querido hacernos un análisis para mejorar nuestro trabajo; y hemos encontrado qué mejorar. Seguiremos trabajando en el camino de la normalización; no sólo en el ámbito del euskera, sino también en el de la igualdad, con el Plan de Igualdad que pondremos en marcha el próximo año. Nos parece que como institución vasca deberíamos ser ejemplo en ello.

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